Todo el mundo conoce el estado del “cambio climático” y lo que ello conlleva para nuestro planeta, pero… nos hemos puesto a pensar si esto afecta a las plagas? Y si en consecuencia, también nos afecta a las personas? La respuesta para ambas cuestiones es SÍ.

Las plagas en general tienen tres conceptos vitales de deben cumplir; supervivencia, reproducción y dispersión. La variación de temperaturas en el mundo puede alterar cualquiera de estos conceptos vitales, dando lugar a un desplazamiento de plagas entre países, invadiendo y colonizando nuevas zonas. En la mayoría de ocasiones, estas plagas invasoras, perjudican el ciclo biológico de flora, fauna e incluso otras plagas autóctonas y como consecuencia, generan daños también para las personas.

Tanto el aumento de las temperaturas, como su inestabilidad, produce el aumento de las plagas en los cultivos, provocando una disminución de rendimiento y a menudo llevando al hambre y al malestar social. Según la FAO con un solo invierno cálido puede ser suficiente para que se establezca una plaga invasora. El cambio climático aumentará el riesgo de propagación en las regiones más frías del Ártico, las boreales, las templadas y las subtropicales.

Esto quiere decir, por ejemplo, que una de las plagas más destructivas del mundo en este ámbito, la langosta, podría llegar cambiar su ruta y su distribución geográfica. Es importante tener en cuenta, que cuando una plaga se asienta es muy difícil, muy lento y muy costoso erradicarla.

Podemos ver en este vídeo la plaga de langostas en Kenia asentada y como se ha propagado, destruyendo cultivos:  Enlace de video (pincha aquí)

Esta plaga se propago en 2018, en octubre cuando hubo lluvias intensas otoñales en países de África donde normalmente no acostumbraba en esas épocas. En diciembre hubo un ciclón que hizo que entrara a Somalia y de ahí pasará a Kenia. Estos cambios de temperatura anormales para estas zonas, son consecuencias del cambio climático.

Está plaga que nos sonará muy lejana, ya están en España, pero han aumentado su población considerablemente.  Enlace de video (pincha aquí) zona de Extremadura.

El cambio climático influye también en nuestros insectos autóctonos, provocando un desorden biológico. En este caso ponemos como ejemplo a nuestras queridas abejas. Ellas dependen del clima para realizar su función de forma correcta, y no solo hablamos de mantener y prosperar en su colmena y general miel, si no de la labor que aportan al planeta. Las abejas llevan miles de años polinizando y provocando la evolución de la flora, haciendo incluso que las flores desarrollaran colores y olores para la atracción de insectos que tienen que transportar polen.

En su temporada cálida de recolección, si las temperaturas son inestables, incluso la humedad y el viento son alterados, esto genera un grave problema para las abejas y los otros polinizadores, poniendo en peligro la reproducción de las plantas y frutos de temporada.

A su vez, el cambio climático ha influido en la invasión de su enemigo principal: la Avispa Asiática (Vespa Velutina).

Esta plaga invasora tiene origen Asiático. Las abejas autóctonas de España no tienen desarrollado ningún tipo de defensa contra este enemigo y debido a que el 80% de la alimentación de las avispas asiáticas son abejas, se está reduciendo nuestra población, y a su vez la polinización. Los inviernos suaves, provocan un adelanto en el comienzo de la actividad y los veranos más largos permiten permanecer más tiempo activos. Esta plaga perjudica también a las personas, ocasionando molestias e incidentes muy graves debido a su picadura.

Al aumentar las temperaturas terrestres, la naturaleza cambia. En el caso de los animales, estos podrán adaptarse a las nuevas condiciones. Si el cambio es muy impactante para ellos, puede provocar extinciones de algunas especies.

Lo que ha aumentado con el paso de los años, es la trasmisión de enfermedades a través de las plagas. El ejemplo más reciente, es el mosquito tigre.

El «Aedes Albopictus»  conocido como «mosquito tigre». Transmite diversos virus que provocan enfermedades (como la fiebre amarilla) resaltando el virus del Nilo Occidental, como más conocido en la actualidad.

El virus del Nilo Occidental afecta en su gran medida a las aves. El mosquito tigre entra en la cadena de transmisión, picando al ave, intoxicándose y propagando el virus a otros animales de sangre caliente. A este proceso se le conoce como zoonosis. El cambio climático, a su vez, influye en la invasión de este insecto en nuevos lugares con la propagación del virus.

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